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jueves, 20 de agosto de 2015

Escribo por el solo placer de escribir para ustedes.

Era julio del año pasado, cuando una mañana tranquila, como me gusta llamarla en estos meses de verano donde los maestros vivimos bien, recordé que a principio de mayo había creado un blog en un curso online. Nunca mi intención fue la de convertir este rinconcito en un lugar vivo, sino más bien, era algo nacido con una fecha de caducidad rápida. Sin embargo, en aquel momento iniciamos una amistad que nos ha hecho inseparable, algunas veces me planteo cual es la motivación de continuar siendo fiel cada semana a este rinconcito donde siempre hablo yo, llegando a los cien monólogos.
 
He dado muchas vueltas buscando una respuesta a mi planteamiento, por mi papel de científico he supuesto muchas hipótesis. Algunas se basaban en el afán de protagonismo al contemplar mis artículos enlazados en web de gran audiencia, otras en tener un lugar propio para poder expresar mi opinión libre sin necesidad de tener que dar explicaciones a nadie o en la superación de crecer en el número de visitas, porque en la vida hay que tener retos, no podemos dejarla pasar siendo unos parásitos sin tener un aliciente por el que luchar. 
 
Con el tiempo deseché todas estas suposiciones y me quede con el único motivo por el cual escribir aquí no se convierte en una obligación. Me di cuenta que el impulso definitivo me lo aportáis ustedes, desde aquel primer compartir en Facebook de mi mujer o en Twitter de mi prima Gloria, siguiendo con los comentarios por la calle de Pedro, en el colegio de Damián o Miguel Ángel y en el Google de Mari Teo, o los me gustas de mi hermano Manolo, mi cuñado del mismo nombre, Juan José, Dolores, Antonio, Ignacio, José María, Luís, Miriam,  Isabel, Ramón, mi prima Chari, Juan y Valle o la lucha de María por el protagonismo tomado por el fútbol. Con el paso de los meses, somos más, hemos aumentado la cuadrilla, se han unido nuevos compañeros de viaje formando una familia mayor alrededor de una Cuesta de Baratilla.
 
Por lo tanto, la razón de conservar este sitio está clara: "Escribo por el solo placer de escribir para ustedes". 

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