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viernes, 3 de abril de 2015

Las últimas chicotas

La Sevilla cofrade busca ya por sus calles, plazas y rincones las últimas "levantá" de una Semana Santa que va expirando. El niño se perderá por la ciudad que Dios pensó para idealizar la primavera cuando creo el universo. Sevilla refleja a la perfección esta estación en un naranjo en flor, una fragancia de azahar y jazmínes volatilizada en el aire que empapa sus barrios o una saeta a un Cristo que representa por sus viejas calzadas la pasión, muerte y resurrección. En definitiva, podemos concluir que Sevilla es la primavera.

El sevillano cruzará, en tarde de Viernes Santo, el puente para acercar Triana a Sevilla y percibir la expiración de Jesús con el Cristo del Cachorro o la mirada fatigada del penitente de La O al cargar con la cruz, o vivirá un atardecer en Las Atarazanas con los últimos rayos de sol cayendo sobre la cruz en el monte Calvario de La Carretería, o será partícipe de la soledad de una madre que traspasa El Arco del Postigo para llegar a San Buenaventura o cae con San Isidoro por Alcaicería de la Loza o Tiñe de negro luto la noche en el antiguo Convento de La Paz con La Sagrada Mortaja o concluye en La Magdalena con Jesús en compañía del Buen o Mal ladrón.

Sevilla es una ciudad absorbida por muchas pasiones, mientras, por un lado, se comienza a guardar en la memoria las estampas vividas en esta Semana Grande, por otra parte, en el barrio más futbolero de la ciudad se empieza a soñar con las últimas chicotas. En Nervión se anhela realizar quince levantá que nos lleve hasta Polonia, para disfrutar en Varsovia de una nueva final y volver a tocar el cielo. El sábado se inicia el último tramo de dos competiciones que mantiene ilusionada a una parroquia que debe fijar su objetivo en alcanzar la Champions para seguir creciendo y recuperar la posición de prestigio alcanzada en la década pasada.






 


 

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