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lunes, 12 de enero de 2015

La inaceptable libertad de expresión.

En mi entorno estarán esperando un artículo relacionado con la victoria de mi equipo en Almería. Sin embargo, en esto momentos, me apetece dar mi opinión sobre un tema de actualidad en el mundo el derecho a la libertad de expresión. Pienso que todo ciudadano debe tener la potestad de opinar e informar sobre cualquier tema relacionado con la sociedad que lo envuelve. Nadie puede impedir de ninguna de las maneras posibles la facultad que poseen los ciudadanos de pronunciar con independencia y autonomía su forma de pensar o entender la vida. Impedir la posibilidad de mostrar los ideales de cada uno a los demás es retroceder en el tiempo y volver a épocas de dictadura, esclavitud o tiranía.
 
No obstante, exponer nuestros criterios o valoraciones no nos da la posibilidad de faltar el respeto al prójimo. Es un error relacionar la libertad de expresión con comentar los temas de cualquier manera, llegando a situaciones donde la dignidad de la persona se pisotea. No entiendo y nunca defenderé a aquellos que emiten un juicio intentando ridiculizar la forma de pensar de otros seres humanos. Por lo tanto, si defendemos la libertad de expresión, también, es justo luchar por la libertad de pensamiento de cada individuo, sin llegar a situaciones extremas.
 
Personalmente, mi reflexión va encaminada hacia un punto donde es conveniente y fundamental que los razonamientos planteados estén cargados de tolerancia y comprensión. En este mundo actual se ha perdido la coherencia y nos creemos con el privilegio de pronunciar cualquier sentencia sin pensar en el daño que estamos causando. Cada día podemos comprobar en medios de comunicación como se tratan temas de forma desatinada, hiriendo la sensibilidad de algún colectivo. 
 
Yo creo en la diferencia de opiniones y que cada uno defienda la suya pero nadie está en el derecho de derribar la opuesta actuando de mala manera, utilizando la burla como instrumento para obtener adeptos o incondicionales. Tampoco es correcto refugiarse en la violencia para defender los ideales, la razón no se gana por la fuerza, sino todo lo contrario, esta forma de lucha nos lleva a una sociedad confusa donde la paz es imposible.
 
En conclusión, la única manifestación que respaldaré es aquella cuyo lema este basado en la búsqueda de respeto hacia los demás porque entonces la libertad de expresión se utilizará de forma correcta.
 

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