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lunes, 18 de agosto de 2014

La comunicación de forma correcta como camino para resolver conflictos.

La falta de comunicación juega un papel muy importante en la sociedad actual, es fácil comprobar que un gran número de los conflictos que ocupan las primeras páginas de periódicos e informativos nacionales son consecuencias de la falta de diálogo que existe entre las diferentes partes afectadas. Toda desavenencia que se intente solucionar por la fuerza nunca tendrá fin porque no se alcanzará un entendimiento pleno, permaneciendo siempre alguna rencilla que en cualquier momento avivará de nuevo la disputa.
 
Si extrapolamos al campo escolar podemos comprobar que cada día son más las discrepancias que surgen en el seno de la comunidad educativa. La mentalidad y la forma de afrontar la educación está cambiando, se ha pasado de la época donde el maestro siempre llevaba la razón a una etapa donde todo es cuestionable en cuanto la forma de actuar del profesor o lo que es igual hemos pasado de una situación donde la comunicación desempeñaba un papel secundario a otra donde toma una gran relevancia para mantener la cordialidad. En mi opinión, creo que esta nueva vía de actuación puede ayudar a evolucionar y crecer a los miembros que trabajan en el marco de la enseñanza, siempre que se sigan los pasos correctos y nos apoyemos en el diálogo como pilar fundamental para mantener la armonía y buen clima.
 
El conflicto en el aula aparece porque el punto de vista del alumno es distinto al del profesor, los intereses de ambos muchas veces no convergen sino divergen produciéndose la falta de acuerdo. El estudiante llegado este momento se refugia en sus padres y lo hace partícipe de la falta de entendimiento, en este punto, es donde debemos actuar con más cautela y es necesario el diálogo entre las tres partes. No podemos obtener una solución si las entrevistas no se producen estando presente la familia, el alumno y el profesor. Es necesario escuchar la versión de cada uno con todos reunidos a la misma vez, los padres no pueden tener el papel de mediador escuchando por separado al maestro y al estudiante. 
 
Si seguimos el modelo de reuniones por partes no será factible en la mayoría de los casos encontrar una solución favorable puesto que el problema solo existe entre un miembro presente e incluso puede ser contraproducente porque el panorama se suele complicar debido a la falta de respuestas positivas, enquistándose cada vez más  y creando más dudas entre los padres. Se debe evitar por todos los medios posibles que el conflicto derive en otro nuevo entre padres y profesor porque somos los que tenemos que aportar sentido común y mantener la estabilidad emocional. 
 
Padres, alumno y profesor deben tener la idea clara que ninguno somos enemigos que tenemos que convivir durante un curso, que cada uno necesitamos del otro para realizar nuestra tarea de forma correcta y alcanzar los objetivos propuestos, que puede ocurrir que durante el desarrollo la convivencia que se produce en la clase se creen pequeños altercados pero debemos solucionarlos utilizando el diálogo como único  camino para conseguir el entendimiento pleno.
 
Me gustaría concluir con una máxima que suelo dirigir a los alumnos y padres en la primera tutoría o reunión grupal que dice: "con la fuerza solo hay un vencedor, con el dialogo ganamos las dos partes de cualquier conflicto".



 

miércoles, 13 de agosto de 2014

Las finales no son premios.

El pasado viernes entrando en el estadio escuche como un niño de diez años le decía a su padre: "papa aunque no ganemos hoy yo seré siempre del Sevilla". Yo lo miré y sonreí porque eso mismo le comentaba yo a mi tío cuando con la misma edad no ganábamos nunca nada. En aquella época me sentía satisfecho si plantábamos cara al rival, si conseguíamos ponerles las cosas difíciles a los grandes o incluso si teníamos la suerte que algún arbitro tuviera una desafortunada actuación para justificar un resultado que nos daba como perdedor.

Con el paso de los años llegó el cambio de mentalidad que tanto anhelábamos, ya los partidos no solo había que jugarlos, sino ganarlos. Se alcanzaron títulos y en el barrio de Nervión se cambio de mentalidad, a Europa no se iba de turismo. Una derrota suponía una crisis interna, con este pensamiento alcanzamos por dos años consecutivos la consideración de mejor equipo mundial e invadimos nuestras vitrinas de copas. Crecimos tanto en el plano deportivo como social, dimos varios pasos hacia delante para codearnos con los grandes de Europa y ser considerado por todos ellos como un rival a tener muy en cuenta.

Sin embargo, el guión se alteró cuando el ideólogo que dio pies a esa metamorfosis perdió la lucidez creyéndose Dios en la tierra. Como resultado esos cimientos que parecían sólidos comenzaron a resquebrajarse, el gran castillo de la ilusión se acabó derrumbando y hubo que volver a los inicios a partir desde cero pero con la ventaja que antes ese camino ya se había andado y lo que se planificó para tres años se conquistó en uno. En mayo, el sevillismo reino de nuevo en Europa recuperamos nuestra seña de identidad de los años de grandeza dando a entender que el Sevilla FC no iba de invitado a ninguna batalla final. Demostrando que el resultado que vale es el del terreno de juego y que las victorias morales eran excusas de otras décadas atrás.

Puede que con los éxitos fuera desapareciendo la humildad, la sumisión y la modestia que antes me caracterizaba pero para mí las finales dejaron de ser triunfos. Por ello, no entiendo la manera de acometer esta final por parte de la entidad. No comparto las declaraciones del Presidente donde expresaba de forma clara una inferioridad y servilismo al equipo capitalino. Yo recuerdo como lo sometimos y avasallamos en una Supercopa de España en su feudo, aunque ese episodio haya sido olvidado y sepultado por la prensa madrileña. No concibo la venta de un futbolista las horas antes del encuentro, si era necesario su traspaso para fichar, se podía ver efectuado a principio de verano y repercutiría su  beneficio en este partido. Por último desde el seno del club, en mi opinión, sobró el tuit que nos daba vencedor en la grada. La entidad no puede caer en ese error, una cosa es felicitar a la afición y otra muy distinta intentar atenuar una derrota con esta circunstancia.

Espero que entendáis mi postura, no concibo una final como un día de fiesta y el resultado que me importa es el del campo. Está prohibido dormirse de nuevo en los laureles, no podemos volver hacia detrás y conformarnos con lo hecho. Ahí que ser exigentes solo desde la exigencia crecimos hasta situarnos en lo más alto del pódium mundial.





lunes, 11 de agosto de 2014

Motivación y confianza.

Como cada lunes tratamos en este espacio un tema relacionado con la educación. En el artículo de hoy voy a plantear  una de las cuestiones que más me preocupa y me crea grande debates internos para obtener soluciones que beneficien a los alumnos. Según los medios de comunicación basados en resultados aportados por la Consejería de Educación el índice de fracaso escolar en la etapa de secundaria en nuestra Comunidad Autónoma es alto, un gran número de estudiantes renuncian a seguir con los estudios abandonando el sistema educativo, integrándose en el mundo laboral con la rémora de la falta de formación.

Después de largas reflexiones, he llegado a la conclusión que en educación no tenemos definido ni concretado en cada fase del proceso de formación del estudiante las pautas a seguir y las necesidades que deben ser cubiertas para obtener un grado alto de satisfacción en la evolución de los alumnos. No asumimos que cada individuo debe cumplir un ciclo evolutivo, donde no podemos saltarnos ningún eslabón de la cadena, no se puede acelerar el proceso, dejando de lado aspectos importantes sobre los cuales se deben de cimentar los pilares que ayudará alcanzar la meta final.

Después de quince años como profesional en la etapa de secundaria, me da la sensación que una gran parte de los profesionales no entienden que estamos en un periodo de formación. En estos cursos caemos con frecuencia en el error de dar más importancia a los contenidos frente a otros parámetros fundamentales que se deben de potenciar. En este tramo es imprescindible fomentar en los alumnos el gusto por los estudios que ellos comprueben por si mismo que en la vida es primordial encontrarse preparado para asumir cualquier reto posterior y esto solo se consigue adquiriendo la máxima formación.

Es conveniente e ineludible trabajar con los estudiantes la motivación y la confianza. Si analizamos los dos términos- La motivación es definida por algunos autores como " los factores o determinantes internos que incita una acción". Se puede decir que es un estado interno que guía el organismo hacia alcanzar los objetivos propuestos. El estudiante motivado presentara una gran interés y tendrá voluntad para resistir y salvar cualquier contratiempo que se presente no desistiendo de su intención de formarse. Por otra parte, la confianza está relacionada con la seguridad que presenta la persona para conseguir los logros formulados. El alumno se debe sentir seguro de sí mismo porque eso le dará firmeza y eficacia en el planteamiento o desarrollo de cualquier actividad propuesta. Motivación y confianza son por tanto los apoyos fundamentales que soportarán los pedestales posteriores que se irán colocando conforme se avance en el proceso de aprendizaje. Si conseguimos estudiantes que posean estas dos virtudes al final de la Secundaria, estaremos contribuyendo al descenso del fracaso escolar.

En este punto, juega un papel fundamental el educador que es el encargado de fomentar y transmitir estas dos cualidades a los estudiantes. Ellos deben apreciar o tener la sensación que el profesor exhibe y manifiesta estas dos características en el desarrollo de su labor, puesto que es imposible transferir algo que no se posee. El alumno tiene que percibir que el maestro ama su profesión y se encuentra seguro de las lecciones que comunica en el aula.

En conclusión, la secundaria es una etapa de formación donde el alumno tiene que enamorarse del aprendizaje y la formación, donde es vital adquirir motivación y confianza.





viernes, 8 de agosto de 2014

Sentido común y respeto.

En este espacio intento cada semana publicar tres entradas una dedicada a mi profesión la educación, otra a mi afición el futbol y la última a mi pasión La Palma del Condado.
 
El tema que voy a tratar hoy no me cautiva pero es parte fundamental en la sociedad que nos ha tocado vivir y por tanto creo necesario esbozar en estas líneas con un lenguaje sencillo mi forma de pensar. Lo primero decir que el único partido que me seduce es el de futbol y que como todos sabéis los únicos colores que me tiran son el rojo y el blanco de mi Sevilla FC.
 
Retomando el tema y centrándome en el mundo de la política, observo que en este ámbito se está perdiendo a paso agigantado el sentido común. No comprendo cómo políticos de un partido u otro se echa en cara palabras y hechos que ocurren en su propia casa. No entiendo que cargos públicos duden o critiquen a los órganos de gobiernos desde la oposición cuando los del mismo partido realizan las mismas acciones en otros lugares donde gobiernan. Pienso que para hablar de la suciedad del vecino antes debemos limpiar nuestra propia casa, porque muchas veces los descalificativos que se usan pueden servir para el compañero de partido que gobierna en otro lugar independientemente del color.
 
En la actualidad, tengo la sensación que solo se intenta gobernar desde el fallo, desde la crítica. Es decir, el político no intenta acceder al poder proponiendo propuestas o teniendo iniciativas que hagan progresar al país, comunidad o municipio. No comparto que un voto se gane solo contado lo mal que lo hace el que está en la poltrona del poder, la confianza se gana desde la capacidad de trabajo, desde la exposición de ideas nuevas o la capacidad de liderar proyectos que mejoren la situación del ciudadano.
 
Pido también sentido común ahora que se acercan las elecciones municipales, no conviertan las listas en una representación de las asociaciones o hermandades del pueblo. Necesitamos gente preparada que gobiernen el pueblo. Tiren de los afiliados del partido capacitados con la suficiente jerarquía para dirigir los designios del pueblo y no busquen personalidades que den votos fáciles, que el único fin no es ganar los sufragios sino tutelar un municipio durante cuatro años.
 
La última palabra del título del post es respeto. Respeto por una "profesión" que estáis desprestigiando. Los políticos con vuestras actuaciones os habéis ganado la desconfianza del votante, si algo tengo claro, desde hace mucho tiempo, es que cada individuo es el responsable de dignificar su trabajo y es también el único que lo puede echar por tierra. No se puede consentir que cada día aparezcan nuevos caso de corrupción o la noticia de la imputación de un cargo público. Yo de niño me crie con el lema de Robin de los bosques que quitaba a los ricos para dar a los pobres pero hoy mis hijas están creciendo con una expresión totalmente distinta.
 
Por último pido respeto al vecino. Para ello cuento una situación que viví hace algunos días. Nadie en el municipio se encuentra ajeno a la polémica de la subida de la factura agua. En el pueblo cada grupo ha utilizado sus medios para sacar su propio beneficio pensando en obtener o no perder votos. Uno justifica la medida y otro la critica. Los primeros defienden a Giahsa y los segundos a Aqualia. Mientras se produce la trifulca entre los dos partidos de la localidad, sintonizo la televisión del pueblo colindante de Villalba y compruebo como la oposición habla de la subida de un 37 % en la factura del agua. El poder defiende a Aqualia y la oposición a Giahsa.  Conclusión: dejen de mirar por el partido y preocuparos de defender los intereses del vecino. No se debe crear incertidumbre y crispación entre los vecinos y eso solo se consigue si respetamos los intereses del ciudadano.
 
Por lo tanto en vuestro tejado esta la pelotita que es lo que realmente me gusta el futbol aunque ello no quita que me preocupe por el devenir de mi pueblo, solicitando los dos términos fundamentales para seguir progresando y no quedarnos estancado: sentido común y respeto.  
 

miércoles, 6 de agosto de 2014

De Cádiz a Cardiff

Podemos modificar el título de este post y no alteraríamos ni su contenido ni su sentido. Poco cambia si en lugar del anterior colocamos De los trofeos de verano a la Supercopa o bien de 1981 al 2014.
 
En julio de 1981 yo cumplía nueve años, en 2014 mi sobrino también celebra la misma edad. En la actualidad el vive entusiasmado esperando ese doce de agosto donde volveremos a pasear el nombre de la ciudad por tierras europea. A principio de los ochenta los niños aguardábamos ilusionado la vuelta a la Tacita de Plata para disputar el Trofeo Carranza. Mi tío me contaba la importancia del torneo cuya idea surgió en el barrio de Nervión, que conseguimos ganar en las tres primeras ediciones pero dejamos de participar por un triste episodio que tuvo como protagonista al Real Madrid, el mismo rival que tendremos en Gales. Era para el Sevilla recuperar la tradición y el prestigio de jugar el torneo más emblemático del futbol de pretemporada junto al Colombino y Teresa Herrera. 
 
Mi sobrino se ha fotografiado con copas de la Europa League, del Rey o Supercopas, yo también tengo retratos con botines conquistados a base de luchas épicas como suponían aquellos trofeos Ciudad de Sevilla, donde se vivía un ambiente de pura rivalidad con inequívoco sabor a futbol veraniego en aquellas noches de calor con el campo de batalla repleto de aficionados que soñaban con la gloria del triunfo. Yo guardo en un viejo cajón de una cómoda las imágenes de mi infancia y entre ellas se encuentra la instantánea junto a aquel galardón coronado con la giralda en el salón de la Peña Sevillista Pedro Berruezo de mi pueblo La Palma del Condado. Era tal la jerarquía que se le daba a aquellos títulos, que sus trofeos eran paseados por todos los rincones donde se respiraba sevillismo. 
 
El ha celebrado goles importantes como el último de M´Bia en Valencia o tandas de penaltis que nos ha permitido no hace mucho volver a soñar despierto. El ha visto a Navas campeón del mundo jugar en el césped del Pizjuán o fichajes que han hecho las delicias de la afición y se han convertidos en ídolos que han ocupado parte de su corazón sevillista. Yo disfrute de los "scotazo" que aun hoy resuenan en las gradas del viejo Nervión. Yo vi a Bertoni que gano con Argentina el mundial del 78. Su fichaje costo mil pesetas a cada socio porque al igual que hoy existían problemas económicos, gran lastre de los tiempos pasados y presentes, en los ochenta los grandes también robaban. El jugador de la Pampa se convirtió en el buque insignia del club y su parroquia junto a algunos brasileños y canteranos.
 
Por lo tanto, ante los ojos de un niño no hay diferencia entre estos tiempos y aquellos. Han transcurrido treinta y tres años entre una fecha y otra, la historia del Sevilla FC se ha engrandecido, aun más, en los últimos años con la disputa de finales nacionales y continentales. Nuestras vitrinas se han colmado de trofeos que han acrecentado la leyenda de un club que siempre ha sido grande porque la magnificencia de esta entidad está por encima de victorias y trofeos. El esplendor o lustre de la sociedad ha venido marcado desde 1905 por el amor y la fidelidad de una afición a un escudo independientemente de los logros conseguidos.

lunes, 4 de agosto de 2014

La evaluación como herramienta para crecer.

La evaluación es un apartado importante de cualquier actividad que se desarrolle, que tiene como propósito establecer el grado de eficacia con que han sido utilizado los recursos para alcanzar los objetivos determinados. La valoración  del proceso nos ayudará a  adoptar medidas correctivas que permitirán modificar los resultados finales si estos no son considerado los más adecuados.

La dificultad que se presenta, en la mayoría de las situaciones, es que el  ser humano por naturaleza plantea  un rechazo a ser evaluado o examinado. Tiene miedo a sentirse fracasado y tener que modificar su forma de actuar. No  entendemos que la sociedad solo puede crecer a partir de los cambios.  Por lo tanto, se sigue procesando de la misma manera  durante un largo periodo de tiempo sin valorar los logros conseguidos. Se trabaja de modo indiferente al rendimiento que se alcanza porque pensamos que la forma de plantear la tarea es la correcta y la falta de productividad es debido a motivos ajenos a nuestro comportamiento.
El individuo tiende a analizar el trabajo de los demás, encontrando en ellos las causas que provocan que el proceso no llegue a su máxima efectividad, no tiene tampoco asumido el concepto de autoevaluación. Ocurre que inconscientemente evaluamos a las personas que nos rodean, sin tener en cuenta que nos estamos excluyendo del proceso, aunque formamos parte importante de su desarrollo. Esta actuación no tiene sentido y no provocará ninguna alteración del mecanismo, ni posibilitará la implantación de ninguna medida porque para  innovar necesitamos ser consciente que algo  hacemos de forma incorrecta y la sensación es que falla todo menos  nuestra actuación.

En educación, se cumple a la perfección lo expuesto anteriormente. Cuando en tutorías se profundiza con los alumnos en las causas que provocan un fracaso escolar, la mayor parte de la culpa, por no decir toda, es del profesorado que los hace sentirse desmotivado frente a los estudios. Esgrimiendo infinidad de fundamentos  que originan el  bajo rendimiento, que van desde la aplicación de métodos arcaicos al plantear el desarrollo de la clase hasta el recurso más utilizado por los alumnos que no comprenden la explicación del pedagogo. Por el contrario, en los claustros el enfoque es diferente, son los alumnos los culpables debido la falta de compromiso e interés por los estudios, no dedicando el tiempo adecuado. Por lo tanto, fallan las estructuras y no se siguen los pasos correctamente para obtener un buen rédito a la acción. Como se suele decir en el ambiente coloquial todos echamos la pelota fuera de nuestro tejado.  

Una vez expuesto todo lo anterior podemos concluir que el ser humano no acepta la evaluación porque supone un juicio y como consecuencia una crítica a su labor como profesional que le cuesta admitir. Obviando que la crítica constructiva le hará plantearse  interrogantes que le permitirá inventar y poner en práctica nueva ideas  para crecer en su campo profesional aumentado la competitividad y teniendo consecuencias que repercutirán en beneficio de todos.

viernes, 1 de agosto de 2014

Agosto en La Palma.

En las últimas décadas del siglo pasado el mes de agosto en La Palma suponía para un nutrido grupo de paisanos el volver a encontrarse con sus raíces, el pueblo que tuvieron que abandonar en busca de un porvenir mejor.

Era la vuelta a sus orígenes a este trocito de tierra de la campiña onubense, de casas blancas que siempre respira paz en sus calles, llenas de gente afable que cada verano aguardaba con ansia la vuelta del vecino o familiar. El panorama habitual se transformaba con la apertura de casas que permanecían cerradas durante el resto del año, aparecían coches con matrículas de otros lugares de España, llegaban nuevos amigos de juegos, o incluso, el primer amor de verano que con el tiempo solo quedó en  el recuerdo de alguna carta guardada en un cajón de cualquier mueble viejo. Por consiguiente, el pueblo aumentaba su población porque al mismo tiempo eran pocos los que partían a playas cercanas o  a otros lugares de nuestra geografía.

En la actualidad ese paisaje veraniego descrito anteriormente, ha cambiado, gran parte de los descendientes de aquellos emigrantes ya no vuelven a su terruño, no tienen el apego a la tierra que poseían sus padres o abuelos y al contrario que sucedía en aquella época ahora son innumerables las familias que abandonan el pueblo buscando entornos diferentes. Quedando las calles desiertas huérfanas de los juegos de los niños. Del mismo modo, se ha llegado a perder una de las estampas que caracterizaba el pueblo en las calendas veraniegas la tertulia vecinal en la puerta de las casas al ponerse el sol.

Independientemente de todos estos aspectos que marcan la vida de un pueblo en su devenir cotidiano, agosto, es el mes de las fiestas patronales de noches de novena donde La Palma se impregna de devoción mariana hacia su Madre del Valle. El hijo de La Palma tiene que ser fiel a sus tradiciones y cada quince de agosto tiene la obligación de cumplir con sus antepasados, igual que ellos cumplieron con los suyos. Este hecho no se puede perder independientemente de los cambios que se produzcan en la sociedad. De nuestra memoria,  nunca se debe borrar como los padres nos llevaban y acercaban de la mano hasta el pórtico de nuestra iglesia en esa madrugada agosteña para contemplar como a la una sus puertas se abrían para rendir pleitesía a la Madre que es luz, faro y guía del palmerino, que como rezan cada año los campanilleros al pie de sus plantas, libró de la epidemia de cólera a sus vecinos en el año de 1855.

No podemos permanecer ajenos a las costumbres que definen la idiosincrasia de un pueblo. No se deben perder las señas de identidad que nos hacen distintos a los demás. Por lo tanto, las instituciones civiles y religiosas tienen la obligación de contribuir al engrandecimiento de las fiestas contribuyendo con ideas nuevas que atraigan o hagan permanecer al palmerino en su pueblo en estos días de agosto.