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viernes, 26 de diciembre de 2014

El buitre salio del nido.

Durante tres años, aproximadamente, en el seno del Sevilla FC se ha mantenido la calma cuando prácticamente era imposible, nadie de puertas hacia fuera puso de manifiesto la situación insostenible que vivía la sociedad anónima deportiva. Los consejeros apoyaron a su presidente y jamás concedieron ni una declaración o realizaron algún gesto que dejara en entredicho la unión que siempre habían proclamado por bandera. Es duro para los sevillistas de a pié ver como se rompe, a las primeras de cambios, el pacto de estabilidad proclamado siempre por Sevillistas de Nervión. La situación anómala que este grupo presentaba no era flor de un día, en anteriores temporadas, ya existían estos inconvenientes que nunca fueron sacados a la luz pública. Me preocupa la falta de personalidad de ciertos periodistas que no tuvieron la valentía de dar la misma noticia en las juntas de años pasados o no se la filtraron.
 
Pienso que en lunes quedaron retratados, además del vicepresidente, más de un consejero que todavía debe pagar su soldada por el sillón que ocupa. Una gran parte de sevillistas que proclamaban su sevillismo por bandera han demostrado que lo único que les preocupan es su estabilidad personal en muchos aspectos de la vida, porque, para ellos el fútbol no son únicamente sentimientos, sino fuera así, hace tiempo que habrían abandonado un barco que se iba a la deriva. Nunca he tenido dudas del presidente actual, sé de buena tinta que jamás sería un "cuchara". Ha tenido la virtud de rodearse de gente muy válida y de su confianza que le pueden asesorar muy bien y ha sido capaz de tomar decisiones importantes sin formar revuelos.
 
El pasado lunes dio un paso muy importante, aceptando la responsabilidad que conlleva su cargo y demostrando que nadie le va a mover la silla con maniobras inapropiadas. Personalmente, me dolió la realidad escenificada en el escenario del Los Lebreros, porque, daba la razón a muchos que proclamaban que esta desunión era la realidad del club. Ahora es el momento idóneo para dar un segundo paso y reformar el órgano decisorio de la sociedad, retirando del mismo a todo aquel que no sea merecedor de ocupar el cargo, es justo reconocer, que en dicho comité no puede sentarse nadie que no sea de la confianza del máximo mandatario de la sociedad o intente romper la unión que nos ha dado la gloria. El sevillismo no puede volver a la época de Escobar o González de Caldas.
 
En conclusión, la pasada junta sirvió para demostrar que Pepe Castro no vive días de vinos y rosas en los interiores del Ramón Sánchez Pizjuán y para eliminar ciertas caretas que enseñaban la piel de cordero por encima de la verdadera de lobo. Sin embargo, nos debe quedar la satisfacción que nadie va a pasar por encima del presidente, siendo, lo difícil es dar el primer paso y ese se ha producido, por lo tanto, esperemos que siga caminando con zancadas firmes por el bien del Sevilla FC.
 

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